El Primer Niño Cantor de la Lotería Nacional

El Primer Niño Cantor de la Lotería Nacional: Un Relato Emotivo

Las crónicas de la época, con un cierto tono que hoy podría parecer nostálgico y entrañable, narran así uno de los momentos más icónicos de la Lotería Nacional: «En una lluviosa mañana de marzo de 1771, un huérfano del Colegio de San Ildefonso en Madrid, llamado Diego López llegó vestido a la napolitana, con una túnica de damasco blanco, galoneada de oro, que le cubría hasta los pies. Con la inefable peluquita blanca rizada y entre una gran expectación, se persigno con gesto serio y solemne, mostro su mano derecha desembarazada de cosa alguna y la introdujo por la puertecilla redonda del arca que contenía las 90 bolas. Tomando al azar una de ellas, canto el número con un gracioso soniquete y, tras mostrarla públicamente, se la acerco a los labios y la beso cariñosamente».

La Magia de una Tradición

La escena descrita captura la esencia y la emoción de un momento que ha perdurado a lo largo de los años. La imagen de Diego López, vestido de manera elegante y realizando su tarea con solemnidad y gracia, simboliza la pureza y la transparencia de la Lotería Nacional desde sus inicios. Este relato no solo nos transporta a una época pasada, sino que también nos recuerda la importancia de las tradiciones en nuestra cultura.

El Inició de una Costumbre Emblemática

La participación de niños en la Lotería Nacional comenzó en 1771, cuando Carlos III decidió que los huérfanos del Colegio de San Ildefonso serían los encargados de extraer y cantar los números ganadores. Este colegio, fundado en 1543, se convirtió en el hogar de muchos niños que, con el tiempo, se convirtieron en una parte integral del sorteo de la Lotería Nacional.

El Significado de Cada Gesto

Cada gesto de Diego López, desde la seriedad de su persignación hasta el beso cariñoso a la bola, estaba cargado de simbolismo. Estos actos, aparentemente simples, reforzaban la credibilidad y la justicia del sorteo, asegurando que todo se realizaba de manera justa y transparente.

Un Legado que Vive en Cada Sorteo

Desde aquel primer sorteo, los niños de San Ildefonso han sido una constante en la Lotería Nacional. Sus voces, llenas de inocencia y entusiasmo, resuenan en todo el país cada año, especialmente durante el esperado Sorteo de Navidad. Estos niños no solo cantan los números; transmiten esperanza y emoción a millones de personas que siguen el sorteo con ilusión.

La Importancia de los Niños Cantores

La elección de los niños para esta tarea no fue al azar. Su participación simboliza la transparencia y la inocencia, valores fundamentales para la credibilidad de la Lotería Nacional. Además, estos niños reciben una formación especial para asegurarse de que pueden manejar la presión y la responsabilidad de su papel.

Momentos Inolvidables

A lo largo de los años, ha habido muchos momentos memorables protagonizados por los niños de San Ildefonso. Desde errores divertidos hasta instantes llenos de emoción cuando se canta el “Gordo” de Navidad, estos niños han dejado una huella imborrable en la historia de la lotería.

La historia del primer niño en cantar un premio de la Lotería Nacional, Diego López, vive en cada sorteo. Esta tradición no solo añade un toque humano y emotivo al evento, sino que también subraya los valores de transparencia y justicia que han sido fundamentales para la Lotería Nacional desde sus inicios.

Si quieres conocer más sobre la rica historia de la Lotería Nacional y participar en los próximos sorteos, visita El Guanche de la Suerte. ¡Buena suerte y que la tradición de los niños cantores de San Ildefonso siga trayendo alegría a todos los hogares españoles!